El calcio es un mineral vital, por ejemplo, para el mantenimiento de unos huesos sanos. Las necesidades de calcio son especialmente altas durante el crecimiento, el embarazo y la lactancia, en las mujeres durante y después de la menopausia, y en personas mayores de 45 años. El cuerpo puede producir vitamina D mediante la exposición regular de la piel a la luz solar, pero esta producción suele ser insuficiente en nuestras latitudes. Dado que el cuerpo no puede producir calcio por sí mismo, debe consumirse regularmente y en cantidades suficientes a través de los alimentos. La vitamina D, un "auxiliar para la incorporación de calcio", contribuye a la utilización normal del calcio y, al igual que la vitamina K, al mantenimiento normal de los huesos.

• 1200 mg de calcio para favorecer el mantenimiento normal de los huesos, "Ayuda a la incorporación de calcio" La vitamina D contribuye a la utilización normal del calcio, la vitamina K para la coagulación sanguínea normal y el mantenimiento normal de los huesos